sábado, 18 de agosto de 2018

1994: TEHUACÁN SIN AGUA MINERAL


Hasta hace pocos años, decir Tehuacán era el equivalente a decir agua mineral (o concretamente Peñafiel, no tengo ningún problema para mencionar marcas). Y es que los principales manantiales de abastecimiento para la industria refresquera estaban aquí, en esta pequeña ciudad del estado de Puebla. Las etiquetas decían incluso "agua mineral de Tehuacán". Los bares y restaurantes te preguntaban si querías tu cuba con coca y Tehuacán. Y todo mundo pedía en el super o en la tiendita de la esquina (antes de las cadenas de Osos y 7 Eleven) su botella de Tehuacán.

Lo cierto es que para visitar estas instalaciones y por ende los manantiales se requiere un permiso especial. Pero Tehuacán es algo más que agua mineral y uno de sus principales atractivos son, quizá, los murales de su Palacio Municipal, relativamente nuevos, ya que fueron pintados en 1984.

Fueron realizados por los hermanos muralistas Santiago, Rutilio y Luis Ángel Israel Carpintero Pacheco y representan, más que pasajes históricos, a la naturaleza misma, a los átomos y a la ciencia como modelo de conocimiento y progreso.

Mi visita fue en 1994, por lo que los murales tenían, en realidad, diez años de haber sido pintados, esto es, eran bastante más nuevos, casi que recién hechos.

Algunos años más tarde descubriría en todo su esplendor la magia del estado de Puebla, al visitar lugares como Chignahuapan o Zacatlán de las Manzanas, además, por supuesto, de Puebla Capital, Cholula y Atlixco. En comparación, tal vez Tehuacán no tenga demasiado que ofrecer, pero si se está cerca bien vale la pena darse una vuelta.



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