Hoy es lunes veraniego de Ciudad de México. Día de compartirles una fotogalería del Centro Histórico y algunas de sus muchas maravillas, algunas a la vista, otras un tanto escondidas, todas al alcance de cualquiera que las busque.
Aquí, una vista panorámica del Palacio de Bellas Artes desde el café ubicado ¡exactamente enfrente! en la terraza del Sears.
La siempre icónica Torre Latinoamericana, alguna vez el edificio más alto de la ciudad y también famoso por su sistema antisísmico, en diferentes perspectivas, desde el entorno arbolado de la Alameda hasta las esquinas adyacentes.
Una peculiar postal que bien podría titularse "Depresión en el Banco de México".
La reciente exhibición de Snoopys en el Museo Mexicano del Diseño (MUMEDI), ubicado en la calle de Madero 74.
El Monumento a la Revolución (originalmente, la puerta de entrada al Palacio Legislativo que Porfirio Díaz nunca llegó a construir, al estallar la Revolución Mexicana). Hoy cuenta con museo, galerías, miradores, servicio de cafetería.
Y un consejo no pedido: si llegan a subir, no dejen de visitar ¡el baño!... tal cual, ya que para llegar deberán atravesar parte de su estructura de hierro.
Harían falta páginas y páginas tan solo para enumerar todo lo que ofrece El Centro Histórico de la CDMX: desde la Catedral y el Museo del Templo Mayor (el mayor vestigio arqueológico de la antigua Tenochtitlán), hasta sus andadores peatonales de Madero y de Regina; el Ex Teresa, antiguo convento que exhibe ahora lo más radical del arte contemporáneo (a mí me tocó bailar música electrónica); su delicioso Café La Blanca ubicado en 5 de mayo, el tradicional Café de Tacuba, el elegante y delicioso Bar La Ópera; la vendimia y las construcciones de la calle de Mesones; el famoso Sanborns de los Azulejos y el impresionante Museo Nacional de Arte, antigua sede de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que en sí mismo es un pequeño palacio, además del majestuoso Palacio Postal, el interesante Museo de San Ildefonso y tantas pero tantas cosas que bien vale la pena dedicarle dos o hasta tres días al bien llamado corazón de la ciudad.
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