LOS EDENES DE TABASCO

El edén de Tabasco ciertamente no es Villahermosa, si bien la Laguna de las Ilusiones, el Parque Garrido Canabal y el Parque-Museo de la Venta, con sus esculturas y cabezas Olmecas, son indispensables en cualquier visita que se haga al estado mexicano de Tabasco.

Pero la magia está afuera, en la zona arqueológica de Comalcalco, de las pocas ciudades mayas edificadas a base de ladrillo cocido; en las playas repletas de cocoteros de Paraíso; en su parque recreativo Yumká, donde los elefantes se enamoran de los rinocerontes; en sus majestuosas cascadas de Reforma y de Agua Selva y también en sus Pueblos Mágicos.

Tapijulapa, con sus casitas blancas y sus tejados rojos, sus macetones de flores, sus antojitos tradicionales y sus artesanías de mimbre, es por todo ello uno de los más bellos del estado. Pero si a eso le sumamos que se encuentra al margen de dos ríos de diferente color, que se cruzan pero no se mezclan (el Amatan y el Oxolotán) y que en el embarcadero es posible llegar a uno de los parques naturales más accesibles y espectaculares, hay que decir sí o sí a la hora de decidir si visitar o no Tapijulapa.

Este parque natural se llama Villaluz y cuenta con cuatro grandes atractivas: la casa-museo del ex gobernador Garrido; la cueva de la sardina ciega, donde esta peculiar especie de pez es capturado anualmente en las festividades tradicionales; el río sulfuroso que parece en sí mismo un río fantasma al reflejar la luz del sol en sus aguas blanquísimas y la cascada de Villaluz, que no por pequeña deja de ser espectacular y sobre todo refrescante, ya que cuenta con pozas donde toda la familia se puede meter a nadar. 

¿Y qué decir de la comida? Del pejelagarto, del totoposte, del pozol, de los tamales, de los plátanos fritos y del delicioso chocolate, que en Tabasco es notorio por la ya famosa Ruta del Cacao.

Hay que buscarle, sí, pero una vez que llegas y descubres esos rinconcitos tan particulares, te das cuenta de que, efectivamente, Tabasco es un edén.